La Ceremonia del Fuego Nuevo es un ritual que realizaban los Mexicas. Según varias interpretaciones arqueológicas, fue practicado por otros pueblos del centro de México durante el posclásico, El fuego nuevo se encendía en el huizachtepetl, actualmente Cerro de la estrella, solo aquí este lugar sagrado, que cuando las Pléyades se alinean se hacía el atado de cañas, cada 52 años. Sin embargo, según interpretaciones de algunos investigadores en los códices Borgia, Vindobonensis, Laud y Nuttall, lo renovaban cada año.
La importancia de la ceremonia radica en que representaba la búsqueda del equilibrio y orden del universo, ellos se sentían en armonía y colaboraban para mantener ese orden. Dentro de su cosmovisión la creación del Sol era representado a través de esta ceremonia, la renovación del compromiso al final de una era mantenía la continuidad del movimiento solar y por ende del tiempo, el pacto celebrado por los dioses para dar vida a este mundo lo reafirmaban los hombres. Era intrínseco el conocimiento astronómico, este se basaba en la posición opuesta al primer paso del Sol por el cenit.